El hombre de tul y seda

     Para quien no sepa nada de esto, decorar una casa es un coñazo. Y adecentarla para poder vivir en ella, además, un sablazo permanente. Digo esto porque tal día como hoy, en el que tenía la comida de navidad con los compañeros del trabajo, era el día en que tenía también que estar toda la tarde para que me colocasen las cortinas que encargué hace un mes. Así que salí huyendo de mi comida y llegué para atender a los chicos de mis cortinas. 

     Y, ay, chicos, el espectáculo que vieron mis ojos fue tal que hasta debió de llamarle la atención a los vecinos que veían a través de mis ventanas aún desnudas. Mientras las vestía ese ángel caído del cielo yo le escrutaba con tanta atención que podría hacerle y sin pensarlo demasiado un traje con la saliva que iba dejando por aquellos pasillos según él iba paseando. Que yo creo que ahora tendría que fregar el suelo que aún me va a saltar la tarima. Y es que encima de alto, deportista (es que lo he visto en mi gimnasio alguna vez que otra cosa no, pero mi gimnasio es el no va más en lo que a guapos coruñeses se refiere, y no lo digo por mí, que también, jajajajajaja), el tío es SIM-PÁ-TI-CO. O sea, un puto asco de esos que te dejan pensando que por qué el mundo está tan mal repartido. 

     Que yo no hacía otra cosa que pensar que de haber tenido cortinas en barra la barra ya la ponía yo :S Ahora eso sí, todas las noches me acostaré pensando que estas cortinas que ahora toco han estado acariciadas hace nada por esas manos que dios le dió...

     La duda ahora es... cambiaré mi horario gimnastiquil para seguir llenando de babas las máquinas? lo mismo termino matando a alguno que se le resbala la pesa en el press banca...

     PD: Que vale que la foto no es la más adecuada (es una cortina de baño) pero sí lo más sexy con una cortina en medio... ;)